Toxic Academy

Mizu Academy, fundada originalmente por Hayato Mizushima. Él tenía en su mente el crear una Academia de prestigio donde cualquier tipo de estudiante fuera bien recibido; Millonarios, Clase media, Becados. Todo joven con deseos de tener un buen futuro, aunque no pudiera costearse la matricula se les daba una oportunidad para demostrar sus habilidades escolares. Todo resulto correcto, la Academia cada vez crecía más y más. Muchos jóvenes aceptados y unos cuantos rechazados. Los padres querían que sus hijos estudiaran en esa prestigiosa academia, pero solo podían si el joven era aceptado. Todos hablaban de los famosos estudiantes, ya que los graduados salían siendo grandes profesionistas. El gran señor Mizushima, era un hombre respetable y amable, nunca acepto un pago extra por aceptar a un joven en su academia, las reglas siempre eran respetadas, los estudiantes vivían tras sus rejas en paz y sin mayores problemas.

Bueno, eso es lo que se sabía fuera de la academia, lo que demostraban a simple vista y frente a todos. La realidad es que más que ser una academia es un internado, creado únicamente para la propia satisfacción del Director Mizushima. Detrás de sus puertas se esconden los bajos e inmundos deseos de aquellos que no sienten más nada que por ellos mismos. Los jóvenes estudiantes son explotados, abusados y vendidos libremente por el Director, los docentes y cualquiera con poder en la academia. Los chicos tienen prohibido salir de la academia, tener contacto con cualquier persona fuera de esta les costaba un buen y horrible castigo, no podían decir absolutamente nada a sus padres los días de visitas eran bien vigilados y cualquier indicio de que estaban a punto de abrir la boca son rápidamente asesinados y nadie vuelve a verlos ni sus padres se enteran de la verdad.

Años más tarde, el Director Mizushima se caso, con una de sus propias estudiantes. Sus padres decidieron venderla a él por el beneficio de tener de su lado al gran Hayato. No tardo mucho en comenzar a querer tener hijos, todos los que pudiera, repetía él siempre. Para su desgracia solo pudo tener dos hijos, Souta y Kazuo Mizushima. Su esposa era la encargada de criarlos, él no se preocupaba mucho por verlos o pasar tiempo con ellos. Souta es el mayor de los hermanos, por tres años, a medida que iban creciendo Hayato se preocupaba cada vez más por, por lo menos, pasar a verlos un momento siempre al pendiente de su personalidad y de cómo iban desarrollando su forma de ser. No le gustaba ver como Souta, su hijo mayor, crecía siendo como su madre. Amable, tranquilo, respetuoso… ¡Mal! Todo estaba mal, su hijo tenía que ser frio, calculador, como él. Tenía que heredar esa gran academia y seguir a como era hasta ahora, pero nada cambiaba.

Su única esperanza fue alejar a Kazuo de su madre y criarlo él mismo, para su suerte se había fijado que el menor tenía una pizca de maldad en él. Haciendo travesuras a los trabajadores, faltándoles el respeto… Se atrevía a gritarle hasta a su propio padre, como nunca nadie se atrevía a hacerlo. A su joven edad de quince años ya estaba decidido que sería el heredero de todo, con su inteligencia fría y calculadora, lograría aun más de lo que él, Hayato, había logrado y hasta lo haría mucho mejor. Souta, no estaba realmente interesado en la academia, lo que él quería era irse con su madre y vivir en paz y tranquilidad, por eso prefirió no pelear nada y dejar que su hermano menor continuara arruinándose la vida aun más de lo que ya está.

Al morir el gran Hayato, todos creyeron que ese chico de 18 años no lograría nada, aun siento tan joven podrían usarlo a su manera y aconsejarle a su gusto. Creyeron mal, apenas Kazuo tomo el control de todo, se dieron cuenta que era aun peor que su propio padre. Con su cara de ángel y su amabilidad hipócrita todos caían a sus pies y él lo disfruta, sí que lo hacía. Su padre era muy conocido en Japón y muchos le temían, pero a él, a él le tienen terror. Obtuvo un gran poder sobre muchos, llegando hasta la policía, cualquiera que trate de denunciarlo es asesinado inmediatamente.

No hay manera de escapar de escapar de “Toxic” Academy, a menos que sea en una bolsa negra de basura. Lo más seguro es que si entras, no vuelves a salir.